Temas y Problemática
TEMAS
- Miseria
- Esclavitud
- Hambre
- Violación
- Corrupción
- Prostitución
- Abuso de autoridad
PROBLEMÁTICA
Ramón Amaya Amador quiso dar a conocer todo
lo que sucedía en los campos bananeros y todo lo que sufrían por la presencia
de la empresa Standar Fruit Company. El señor Martin Samayoa quien después de
haber derrochado el dinero que le dio la compañía por el terreno él les había
vendido, busco la ayuda de Míster Still para que le diera un trabajo de
capataz, pero Míster Still lo menosprecio y lo mando a buscar trabajo de peón.
Samayoa, desalentado por el desaire y sin
dinero tuvo la suerte de conocer a un campesino, Máximo Lujan quien lo llevo a
vivir a su casa, un lugar miserable que vivía hacinando con otros trabajadores
de la bananera y le consiguió trabajo como regador de veneno, por lo cual ellos
eran llamados veneneros. Las mujeres también eran víctimas de la opresión
capitalista de las bananeras. Por la miseria, muchas campesinas se vieron
obligadas a dedicarse a la prostitución. Estanio Parraga era el abogado que
había engañado a Lucho López. Sierra y Cantillano se vieron obligados a pedir
trabajo de peones en la compañía, como a Martin Samayoa le había tocado.
En un accidente un conductor de una gran grúa
muere, y un jefe gringo se enoja con el difunto por echar a perder una maquina
con valor de miles de dólares y grita encolerizado: “¡Mejor se hubieran matado
cien desgraciados!”, frase que dio a conocer la importancia que le daban a la
vida de los trabajadores que por cierto al fin y al cabo los trataban como
esclavos. Esto mismo provoca la reacción y una gran indignación en los
trabajadores y se dan cuenta que ya no pueden soportar tantos maltratos, por lo
tanto, deciden ir a huelga.
Decidieron nombrar a Máximo Lujan como
director de la huelga, quien acepta el cargo a pesar de que la huelga se
realizó de manera prematura. Y lo que sucede a corto plazo le da la razón a
Lujan, huelga que le costó la vida. La huelga rápidamente fue reprimida por los
militares, los cuales recibían órdenes de los altos mandos los cuales estaban a
favor de la compañía bananera. A los huelguistas los llevan presos y al director
de la huelga, Máximo Lujan lo matan y lo entierran debajo de una mata de
plátano. De este modo, desbarataron el frente que se había formado contra la
compañía bananera.
El viejo Lucio Pardo, para tomar venganza de
la muerte de Lujan, a quien consideraba como su propio hijo y le tenía aprecio,
hace volcar el motocarro en el cual se conducían un jefe gringo Míster Foxer y
dos capataces, Encarnación Benítez y Carlos Palomo y el coronel que mato a
Lujan. Todos ellos mueren en el accidente excepto Lucio Pardo, para el cual los
problemas apenas comienzan. Los jefes gringos quieren demostrar quién manda y
dar un castigo ejemplar, y por medio de torturas pretenden hacer que Lucio Pardo
y sus amigos confiesen, pero es en vano todos sus esfuerzos. Pero los ex
terratenientes Sierra y Cantillano, Lucio Pardo, con el fin de liberar a los
inocentes, decide confesar ante los verdugos el atentado.
Lucio Pardo muere ahorcado a mano de
los militares. Pero a pesar de las tragedias y las perdidas vividas de algo
podían estar seguros que la muerte de Máximo Lujan, no había sido en vano.
Porque lo mataron no solo por ser huelguista, sino por llevar la verdad y la
luz al cerebro y corazón de los proletarios, que por su sacrificio y muchos
otros después, no lograron mantener en ignorancia y sumisión perpetuas a los
trabajadores de la empresa bananera.
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